Mucho podría decirse acerca de este tema y sobre todo hablando de tratamientos y procedimientos que se llevan a cabo, pero en esta ocasión brindaremos información acerca del contexto del paciente y de la importancia de la medicina de rehabilitación en las personas con padecimientos crónicos.
Al respecto de los objetivos del tratamiento con pacientes en procesos de rehabilitación, se busca ayudar a recuperar la movilidad y mejorar el funcionamiento de las partes del cuerpo con afectaciones neurológicas; por mencionar alguna, las secuelas tras un ictus. Pero más allá de las intervenciones clínicas, habría que pensarse como una forma de proporcionar una mejor calidad de vida a los pacientes y las personas que lo rodean, de tal forma que los pacientes puedan llegar a sentirse con la mayor independencia posible y hacer sus actividades de forma satisfactoria. Incluso las adecuaciones arquitectónicas de los lugares que frecuenta son parte de lo que compone la importancia de poder dimensionar en qué consiste la rehabilitación.
Comenzando a profundizar en el proceso de rehabilitación podemos encontrar que existe un apartado que acompaña y que se encarga de, no solo curar enfermedad, sino también de prevenirla. Es decir, englobar la parte curativa en contexto con el paciente, para poder ahora prevenir futuras complicaciones.
La prevención impacta en las personas a tres niveles: La enfermedad, propiamente en el paciente de forma directa y en el entorno. Logrando expandir la perspectiva e incluyendo más factores del contexto social, encontramos al paciente también involucrado y desempeñándose en actividades cotidianas, dentro del ámbito laboral, accesos en las calles y en los lugares que transita.
En este sentido, se requiere cuidado no solo considerando el segundo y tercer nivel, ya antes mencionado, sino también las complicaciones que se pueden desarrollar o evitar en cuanto a la enfermedad. Por ejemplo, un paciente con diagnostico que lleva tratamiento, podría desarrollar otras enfermedades, en el estado de vulnerabilidad que podría encontrarse. Estos pueden evitarse al considerar los factores de riesgo, la forma en que realiza sus actividades de forma cotidiana y la falta de acciones preventivas.
Considerando lo anterior, entonces la prevención viene a ocupar un papel primario y multidisciplinario. Llevando a cabo cambios que modifiquen la alimentación del paciente, el ritmo de sus actividades, ejercicio, entre otras. En este sentido la medicina de rehabilitación incluye o se extiende en un esquema de promoción de la salud para reducir notablemente la incidencia de enfermedades, malestares y otras afectaciones colaterales. Es decir, la promoción de la salud podría considerarse como la disciplina integradora de todo el entorno del paciente, dentro de sus tres niveles.
Bajo este contexto, se podría considerar el proceso de rehabilitación como todo el proceso de integración que combina y abarca las indicaciones médicas y el estilo de vida del paciente donde se lleve a cabo no sólo las intervenciones terapéuticas sino también las adecuaciones correspondientes al entorno y al paciente.
Para poder llevar a cabo una mejor intervención, con más recursos, se propone aplicar estrategias de prevención y conocer la enfermedad desde sus raíces naturales de su origen, contar con los instrumentos que permitan identificar el riesgo de las afectaciones indirectas para hacer una detección oportuna de los riesgos y crear una estrategia de prevención, disponiendo de los programas y recursos necesarios para mantener la salud de los pacientes de forma integral. Durante las sesiones y consulta para rehabilitación se cumplen las funciones en las que se puedan prevenir cirugías y enfermedades neurológicas que se identifican. La prevención de las afectaciones en los pacientes, tiene lugar mediante acciones directas que van dirigidas hacia el paciente.
En este punto, la medicina de rehabilitación deberá de contar con el trabajo de los médicos evaluadores que puedan realizar, más allá de una orden de prescripción, una evaluación del ejercicio del paciente, a nivel terapéutico. Por lo que será necesaria una modificación en el esquema que ya se ha planteado anteriormente, cubriendo los tres niveles que involucran al paciente. Desde un enfoque integral, se puede considerar la promoción de la salud y la prevención especifica de complicaciones propias del paciente, la adecuación del estilo de vida más saludable, expandiendo este enfoque no solo en las actividades en casa, también en el trabajo, disminución de accidentes que pudiesen ocurrir en la calle, evitar problemas cardiacos, metabólicos detección y corrección de postura, visualización de riesgo por lesiones en actividades deportivas y otros programas que consolidan una intervención integral.
Conforme a la medicina de rehabilitación se desarrollan proyectos que van orientados a la construcción de políticas publicas en promoción de la salud; en cuanto al ambiente, acciones de las personas que habitan en el entorno, desarrollo de aptitudes, un nuevo enfoque de los servicios de salud. Lo anterior da cuenta de la implementación de programas no rígidos que sean capaces de adaptarse a la disponibilidad y recursos de los pacientes, no es sólo considerar la acción y de la atención médica, sino también la de la comunidad y entorno.
El campo de estudio y de intervención que abarca la medicina de rehabilitación se va haciendo cada vez más compleja, pues se tendría que considerar que tenga una función integradora en los distintos niveles del paciente, sus adecuaciones al entorno y no sólo a los factores que involucran la enfermedad.
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