En México, la cultura de la prevención aun es poco común, sobre todo en el ramo de la medicina o de los cuidados del cuerpo. Por eso, muchas personas tienen la idea de que hay que recurrir a las técnicas que ofrece la fisioterapia o la ortopedia sólo cuando hemos sufrido una lesión o alguna enfermedad motriz. Sin embargo, en ambas disciplinas existen una serie de tratamientos correctivos que buscan justamente prevenir enfermedades, accidentes, o simplemente fortalecer nuestros músculos para poder enfrentar cualquier tipo de lesión con mucha más efectividad.
Es por eso que la infancia es una buena etapa para comenzar a visitar a un ortopedista. Esto es de vital importancia pues no sólo podemos fomentar la actividad de prevención de la enfermedad sino también puede ser una alternativa muy útil para detectar padecimientos ortopédicos a temprana edad y por lo tanto reducir considerablemente el impacto de los mismos.
Aunque, ciertamente hay que considerar varios puntos al momento de iniciar un tratamiento ortopédico. Primero, es complicado definir una edad fija en la que sea más recomendable llevar a un infante para ser atendido. Esto es porque, durante los primeros años de vida tanto los huesos como los músculos se encuentran en pleno crecimiento, por lo que muchas veces algunos problemas se arreglan con simplemente dejar avanzar todo el proceso de crecimiento.
Para poder dar un mejor seguimiento —y aquí viene la segunda consideración más importante— lo mejor es visitar un ortopedista que sea especialista en el tratamiento infantil. Existen varias circunstancias particulares que se deben conocer, así como manejar al momento en de tratar con infantes. Por lo tanto, si trabajamos con un especialista, se van a poder atender cada uno de estos elementos con mayor eficacia.
Digamos, que la mejor edad para la atención de los infantes oscila entre el primer y segundo año de vida, que es también cuando empiezan a tratar de controlar todos sus miembros motrices. En este caso, quizás las acciones a tomar no sean tan radicales, puesto que los huesos siguen creciendo, terminando de estructurarse; pero es bien cierto que se pueden ir detectando algunos padecimientos así como irlos atendiendo de forma gradual.
Por poner un simple ejemplo: uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos nuestra vida adulta es a todos los dolores provocados por una mala postura. Estos malos hábitos, sin duda son adquiridos y reforzados durante la niñez, por lo que si se atienden desde ese momento puede erradicarse por completo.
A continuación vamos a idear algunas de los padecimientos más comunes que se presentan entre los niños para poder identificar de manera temprana si su hijo o cualquier niño que esté cercano a usted pueda estar padeciendo alguna afección. Si usted detecta alguno de estos síntomas lo mejor va a ser dirigirse con un especialista para que haga el diagnóstico y lleve a cabo el tratamiento correspondiente.
- Pies varos. En algunas ocasiones los niños puede presentar una inclinación en los pies en donde ambos apuntan hacia dentro. Si no se corrige de manera natural es puede ser la primera indicación de un padecimientos conocido como pies varos y que repercute directamente en la capacidad motriz al momento de caminar. La afección está relacionada con la forma de la cadera, pues es la que provoca la inclinación. Sin embargo, con el uso de zapatos ortopédicos o férulas que funcionan como correctores, pueden evitarse cualquier tipo de impedimentos al caminar. Es importante acostumbrar al niño, lo más temprano posible a los zapatos ortopédicos. Además, en la actualidad existen muchos modelos llamativos, pues con anterioridad muchos niños rechazaban el uso de los mismos. Ya no son tan toscos y lucen como zapatos comunes y corrientes.
- Piernas arqueadas o raquitismo. En nuestro país se le conoce “piernas de charrito”, por la forma en la que comúnmente se ha retratado a los charros, con una inclinación de las piernas hacia fuera, formando una curvatura muy identificable al momento de caminar. También es un problema que normalmente se presenta durante la lactancia que además, suele desaparecer al momento de que van creciendo. Pero en caso de no hacerlo, puede ser la indicación de una enfermedad conocida como raquitismo o la enfermedad de Blount. Ambas, afectan directamente a los huesos, no sólo a su crecimiento sino también su fortalecimiento, resistencia y estructura. Por estas razones, es importante que en cuanto se tenga el diagnostico se inicie con el tratamiento de ortopedia adecuado.
- Pie plano. Esta es una de las afecciones más comunes entre los niños. Al principio puede no ser un padecimiento tan complicado, pues con el uso de plantillas y otras prótesis se puede superar y llevar una vida relativamente normal. El problema surge porque no aparece ningún tipo de arco en los pies de los niños, y tanto las plantillas como las prótesis funcionan como auxiliares para formar el arco necesario para una buena pisada. Aquí, lo importante va a ser que en cuanto sea detectado el pie plano se apliquen las soluciones necesarias, pues solo de esa manera se va a poder corregir el problema con mejores resultados. Es importante no dejarlo pasar, pues aunque no produzca consecuencias tan radicales, en algunos casos, los niños han presentado fuertes dolores en el pie, así como sumo agotamiento durante caminatas cotidianas.
Como puede ver, la ortopedia es una ciencia que abarca todas las edades y que sin duda nos debe acompañar durante toda nuestra vida. En Abilita le ofrecemos, principalmente, atención para adultos y adultos mayores, pero es posible, si usted lo requiere, que podamos hacer todo lo posible para asesorarlo o canalizarlo con especialistas en la ortopedia infantil.
Nuestra clínica se caracteriza por ofrecer un espacio confortable para cada uno de nuestros pacientes, un ambiente de confianza en donde podamos ayudarlo a solucionar los problemas motrices, atravesar el difícil tránsito de la rehabilitación física, así como un auxiliar para la cirugía estética.
Si usted está buscando una clínica de confianza, nosotros somos los ideales, pues nuestro mayor propósito es cuidar de cada uno de nuestros pacientes.