La medicina deportiva tiene como finalidad, a través del estudio de mecanismos de movimiento y de producción de lesiones, prevenir, diagnosticar, tratar y rehabilitar aquellas derivadas de la práctica del deporte y otras actividades físicas. Es por su conocimiento que, antes de iniciar programas de entrenamiento físico, conviene consultar a un médico especialista en deporte para que diseñe un programa personalizado que permita reducir los riesgos más comunes y específicos según el estilo de vida del interesado y su estado de salud.
Las actividades físicas de cualquier tipo, siempre y cuando se realicen de manera correcta y con regular frecuencia, ofrecen beneficios para el estado de salud general de quien las practique. Estos beneficios incluyen un aumento en la capacidad pulmonar y en la resistencia cardíaca. Al estimular el flujo sanguíneo, si se realizan constantemente, mejoran la circulación, disminuyen la presión en las arterias y regulan el pulso del corazón. De igual manera disminuyen la grasa corporal, la concentración de colesterol y triglicéridos, estimulan la quema de calorías, incrementan la masa muscular y el tono. Otros efectos que tienen se dan sobre el sistema digestivo, mejorando el proceso de digestión y absorción de nutrientes, además se ha identificado que mejoran el funcionamiento de la insulina.
Por otra parte, incrementan la fuerza muscular, fortalecen la masa ósea, mejoran la estabilidad en los músculos, ligamentos y tendones, y al estimular la liberación de endorfinas tiene efectos positivos sobre la memoria, y son útiles para reducir el estrés y tratar trastornos como depresión y ansiedad. En este punto es necesario que aclaremos que los efectos de las actividades físicas dependen de las características de la actividad, de la forma en que se ejecuta y de la frecuencia con que se practican, por lo que si se desea conseguir resultados específicos conviene consultar con un especialista el tipo de actividad y rutina que recomienda.
Por todos los beneficios que ofrecen para la salud se recomienda a personas de todas las edades practicar actividades físicas, incluso a quienes padecen de alguna enfermedad. Sin embargo, por cuestiones de seguridad es necesario que, al igual que quienes persiguen objetivos de entrenamiento muy específicos, consulten a un especialista para que determine qué actividades son aptas para ellos.
A partir del estado de salud del interesado, de sus gustos e intereses un especialista puede desarrollar un programa de entrenamiento seguro para reducir las probabilidades de que por su práctica, sufra de alguna lesión que afecte el estado de los componentes de su sistema musculo esquelético con lo que se requiera de atención en traumatología y tratamientos especiales para la recuperación.
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