El papel del traumatólogo durante el embarazo
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Durante el embarazo, el aumento del peso y los cambios hormonales y corporales pueden provocar molestos dolores en la espalda baja, o lumbalgia; la ciática o un dolor intenso que recorre la espalda baja, la parte posterior del glúteo, muslos y pantorrillas e incluso del pie, es también muy frecuente durante la gestación, provocando debilidad, calambres o miembros inferiores dormidos, con una sensación de ardor o quemazón por dentro.

Ante estas molestias, un traumatólogo es el especialista que puede ayudar no sólo a reducir las molestias, sino a prevenir que estas empeoren y permanezcan aún después del parto.

Durante el embarazo, la ciática se produce porque el esqueleto de la mujer embarazada debe adaptarse al cambio de peso y a tolerar la prominencia del vientre, por lo que es más frecuente en el tercer trimestre de la gestación; una embarazada debe inclinar su tronco hacia atrás para no sentir que cae hacia adelante por lo prominente de su abdomen, tratando de equilibrar su cuerpo. Esta postura provoca que la curvatura natural de la columna vertebral en la zona lumbar aumente, y al curvarse más la zona, el espacio entre las vértebras se reduce y puede pinzar las raíces nerviosas de la columna, por lo que aparece el dolor y puede extenderse hacia las piernas.

Además de la ciática, la lumbalgia es muy común durante el embarazo debido a la sobrecarga en las vértebras y en la musculatura lumbar, lo que podría provocar la formación de hernias discales debido a la compresión de los nervios, lo que ocurre porque la musculatura abdominal se relaja para permitir el crecimiento de la matriz.

Para comprobar los problemas en la columna se requiere de una resonancia magnética, aunque usualmente no se realiza durante el embarazo, pues el aumento de peso y de la curvatura en la columna son situaciones transitorias, que deben eliminarse tras el parto.

Un traumatólogo puede recomendar para el dolor el consumo del paracetamol, que es un medicamento seguro durante el tercer trimestre del embarazo, sin embargo puede dar otras recomendaciones para aliviar el dolor de espalda y ciática, como no permanecer mucho tiempo sentadas ni de pie, dar paseos cortos pero muy frecuentes a lo largo del día, ya que caminar ayuda a controlar el peso, estimular al feto y mantener el tono muscular, lo que es muy importante si se va a optar por un parto natural. Además es probable que se recomiende una dieta adecuada para evitar el aumento de peso excesivo, pues esto solo provocará que los dolores empeoren.

El 80% delas mujeres embarazadas han sufrido dolores de espalda a causa de ciática durante la gestación y la mayoría mejoran conforme recuperan su peso normal después del parto; sin embargo si después de tres meses no se nota una mejora aun después de haber perdido varios kilos de peso, lo más recomendable es acudir con un especialista en traumatología y ortopedia para realizar una exploración exhaustiva y realizar pruebas de imagenología.

Los problemas de postura suelen continuar después del parto en las mujeres, especialmente por el esfuerzo de cargar a su bebé, aunque también la mala postura durante la lactancia puede provocar dolor de espalda. Por esta razón, tras el parto muchas veces se recomienda utilizar una faja postural, así como las duchas calientes o las visitas a baños de vapor, que además ayudan a aliviar los dolores musculares y reumáticos.

Otra causa frecuente de los dolores de espalda durante el embarazo es el reposo y sedentarismo excesivo, por lo que el fisioterapeuta, el traumatólogo o el especialista en rehabilitación pueden recomendar realizar ejercicios moderados, que no requieren de un esfuerzo excesivo para la mujer embarazada, como el Yoga o los Pilates; sin embargo estas prácticas deben estar aprobadas por el ginecólogo, pues si la mujer ha tenido amenazas de aborto o de parto prematuro pueden verse limitadas estas prácticas, o totalmente descartadas algunas posturas.

 Además del ejercicio, el especialista puede utilizar otras técnicas adecuadas para la salud del bebé, como masajes, estiramientos, aplicación de infrarrojos o de estimulación neuromuscular y articular para restaurar la biomecánica corporal y trabajar la estabilización de la zona lumbar y pélvica.

A través de estas técnicas, el especialista puede ayudar a tratar otras problemáticas que con frecuencia se presentan durante el embarazo como los dolores de espalda y cuello (aparte de los dolores lumbares), la sensación de pesadez de piernas, la retención de líquidos e incluso la incontinencia urinaria, ya que existe una especialidad llamada fisioterapia uro ginecológica, que trata los problemas relacionados tanto con el aparato ginecológico y urinario de la mujer, como con su sistema músculo esquelético, por lo que puede tratar a las mujeres durante el embarazo, pero también durante el parto y el puerperio.

Los beneficios de la terapia física en el embarazo son:

  • Una mejor postura.
  • Alivio del dolor de espalda y cuello.
  • Fortalecimiento y preparación de la musculatura para el trabajo de parto.
  • Mayor flexibilidad,
  • Mejora en la condición física y aeróbica.
  • Relajación de los músculos, que puede ayudar a dormir mejor.
  • Mayor energía en la embarazada, que se fatigará menos.
  • Sensación de bienestar general.
  • Prevención de problemas de postura, pinzamiento de nervios o de dolores de espalda a causa de la ciática después del parto.

En Abilita contamos con un traumatólogo, fisioterapeutas y rehabilitadores expertos que podrán ayudarte a que tu embarazo sea una mejor y más saludable experiencia. Llámanos hoy mismo y agenda tu cita.

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