A nivel mundial la neoplasia maligna de mayor prevalencia es el cáncer de mama y su frecuencia sigue en aumento, ya que se detectan entre 35 y 44 casos nuevos por cada cien mil mujeres por año, siendo el linfedema una de las complicaciones más importantes, que pueden abordarse y encontrar tratamiento desde la fisioterapia. Hoy en esta nueva entrada del blog de Abilita les contaremos todo sobre este trastorno y su tratamiento.
Según datos de la Secretaria de Salud, cada año en México se diagnostican alrededor de 23 mil casos nuevos de cáncer de seno. Este se origina, cuando las células de la mama comienzan a proliferar de forma descontrolada, dichas células comúnmente originan un tumor, que suele ser clasificado como benigno cuando no se propaga fuera del seno y no pone en riesgo la vida del paciente, o maligno si las células crecen invadiendo el tejido circundante, pudiendo llegar a la sangre o al sistema linfático y de ahí a cualquier parte del cuerpo.
El sistema linfático es como una red que viaja por todo el cuerpo, transportando el líquido linfático o linfa, que es un líquido que se encarga de recoger los desechos celulares; este líquido que además contiene células del sistema inmunitario, desemboca en los ganglios linfáticos, que son una especie de filtro que limpian a la linfa antes de regresar al torrente sanguíneo.
Existen diversas formas de tratar el cáncer de mama dependiendo de la etapa en la que se encuentra, de su evolución y características, por lo que el paciente con cáncer deberá estar perfectamente informado sobre qué es la quimioterapia, la terapia hormonal, la terapia dirigida, la radioterapia y la cirugía conocida como mastectomía; los primeros tres son parte de los tratamientos sistémicos mayormente empleados, y el último como un tratamiento medianamente invasivo para destruir los tumores.
Los procedimientos locales como la radioterapia y la mastectomía han tenido gran aceptación, tanto en la comunidad médica como en los pacientes, siendo la mastectomía en combinación con algún otro tratamiento uno de los principales y más efectivos tratamientos para este tipo de cáncer; esta cirugía ha evolucionado a formas más conservadoras y menos invasivas, sin embargo en el periodo de recuperación de la cirugía existen complicaciones secundarias muy comunes y una de ellas es el linfedema.
¿Qué es el linfedema post-mastectomía?
El linfedema es un tipo de inflamación que aparece en el brazo del lado en el que se he realizado la intervención quirúrgica, se debe a una acumulación anormal de líquido en los tejidos blandos, producida por una obstrucción en el sistema linfático, depende también de la extensión de la disección ganglionar axilar. El linfedema post-mastectomía es un tipo de edema crónico, producido por la acumulación del fluido en el tejido celular subcutáneo en el miembro superior o en la pared torácica, producido a causa del daño en el sistema linfático axilar, que puede ser resultado directo del tumor o como un efecto colateral del tratamiento posterior a la cirugía.
Cuando el linfedema no es tratado de forma adecuada puede ocasionar deformidades en el miembro afectado, así como pérdida de movilidad, la presencia de un exceso de tejido fibroso, desarrollo de bacterias y hongos que afecta considerablemente la calidad de vida de las pacientes.
¿Cómo tratar el linfedema?
El principal tratamiento para el linfedema es la fisioterapia, sin embargo se recomienda que se realice una intervención temprana, conservadora y a largo plazo para evitar recaídas o futuras complicaciones; el tratamiento debe ir dirigido a buscar la reducción de la inflamación, restablecer la función del miembro afectado, y restaurar el equilibrio del sistema linfático. Todo esto se logra por medio de un abordaje especial, con técnicas de drenaje linfático, vendajes compresivos, movilizaciones, reducción de fibrosis y tejido cicatricial, estiramientos y ejercicios de fortalecimiento muscular con resistencia progresiva, con el objetivo de recuperar la movilidad del miembro afectado en el menor tiempo posible después de la intervención quirúrgica.
Este padecimiento puede afectar la calidad de vida a nivel físico y emocional, que la comunidad médica considera que la fisioterapia es el mejor modo de abordaje, con un éxito confirmado por diversos estudios científicos, especialmente en las técnicas más avanzadas como el vendaje neuromuscular, la presoterapia o la electro-estimulación muscular.
También se recomienda una evaluación de la biomecánica del paciente para corregir posturas antiálgicas, que se adoptan después de la cirugía y lograr una adecuada distribución de cargas. Otras medidas que pueden ayudar son:
- Elevar el brazo el mayor tiempo posible
- Evitar carga excesiva o sobreesfuerzo en el miembro afectado
- No utilizar prendas u objetos que aprieten en todo el miembro
- Alimentación adecuada (consumir menos sodio)
- Mantener una higiene adecuada de la piel
Cabe destacar que el linfedema también puede afectar a los hombres, ya que los tumores de mama también pueden afectarlos; la falta de movilidad en un miembro afectado por el dolor contribuye a dañar músculos y articulaciones, dañando al sistema músculo-esquelético al mantener inmóvil tanto el brazo como el hombro, favoreciendo la atrofia muscular. Por ello se recomienda realizar acciones como las mencionadas anteriormente para prevenir la aparición del linfedema.
Es muy importarte realizar una rehabilitación adecuada después de una intervención quirúrgica de esta índole, para evitar y prevenir posibles complicaciones, logrando así restaurar la calidad de vida del paciente afectado lo más pronto posible.
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