No es extraño que muchos deportistas necesiten terapia física y rehabilitación, al menos una vez durante sus carreras; debido al esfuerzo físico que este deporte demanda, muchas veces los futbolistas sufren lesiones, como fracturas del quinto metatarsiano, un hueso que se encuentra ubicado en el borde externo del pie y cuya fractura es muy frecuente, sobre todo en aquellos deportes que requieren acciones de salto y desplazamiento, con cambios de ritmo y dirección.
Al producirse una fisura o fractura del hueso, esta se puede localizar en la base, en la diáfisis o en el cuello metatarsiano. Lo más frecuente es que se produzca en la base, lo que se conoce como fractura de Jones, que ocurre en el quinto metatarsiano, porque el hueso recibe menos vascularización y, por lo tanto, tiene más dificultades para su regeneración. Entre el cuadro sintomatológico suele describirse un dolor agudo, pudiendo ser culminante a un periodo de molestias sin que se recuerde el punto inicial.
Este es un tipo de lesión para la que el ortopedista recomienda el tratamiento conservador, pero que requiere un tiempo prudencial de inmovilización para su consolidación definitiva; sin embargo, también es común el tratamiento quirúrgico, aunque está indicado únicamente en aquellos casos en los que se presenta una fractura conminuta o una fractura completa con desplazamiento del hueso.
En los casos en los que la fractura está consolidada se aconseja rehabilitación física, lo que ayudará a la rápida regeneración ósea. Cuando se permita la movilización y haya remitido el edema, se comienza con movilizaciones analíticas de todos los huesos del pie. La fisioterapia en los casos de fracturas deportivas es un recurso fundamental para evitar la fibrosis, y va de la mano con ejercicios activos por parte del paciente, como los isométricos de pie y tobillo e isotónicos de cadera y rodilla.
Durante la rehabilitación, los especialistas procuran que se eviten las compensaciones musculares y la tensión excesiva de ciertos grupos musculares que puedan ocasionarles a los pacientes problemas a mediano plazo durante el tratamiento, especialmente del músculo peroneo lateral. Algunos problemas asociados, como consecuencia de una operación, son el retardo de consolidación, que consiste en la tracción, la rigidez articular y la algodistrofia, derivada de la inmovilización prolongada, que se toma muy en cuenta durante el tratamiento de rehabilitación.
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