Todos necesitamos movernos y desplazarnos para realizar nuestras labores cotidianas, es algo que no puede objetarse. Nuestras actividades de cada día requieren el empleo de nuestra columna, articulaciones y demás extremidades, ya que en conjunción conforman la estructura móvil del cuerpo humano. Sin embargo, nadie se libra de sufrir percances en dichas zonas como accidentes o lesiones, daños en los diversos tejidos y por ende, incomodidades e incapacidades (ya sea totales o parciales) para llevar a cabo diversas tareas, desde las más simples hasta las más complejas.
En caso de padecer lesiones de este tipo, lo más recomendable es asistir con un médico, pero no cualquiera médico, sino uno especializado en el ámbito de la traumatología y la ortopedia. Ambas ramas (que suelen integrarse en una sola) consisten en especialidades que se enfocan en tratar y estudiar las diversas afecciones en la estructura musculo esquelética de la columna y las extremidades que consideradas bajo una unidad, conforman el aparato locomotor.
Debido a la mencionada integración, es común que sean confundidas las labores de ambos rubros médicos, sin embargo, es menester enfatizar que comparten el mismo ámbito de investigación y aplicación, pero tratan padecimientos distintos, y en consecuencia, también difieren sus tratamientos, técnicas y métodos. En el caso de la especialidad traumatológica, consiste en un campo que se enfoca en evaluar, estudiar, analizar, atender e intervenir en las lesiones derivadas por traumatismos o golpes en la estructura musculo esquelética.
Por lo tanto quienes han sufrido lesiones en las extremidades, la columna o la pelvis, a causa de golpes, accidentes, caídas, fracturas, esguinces, roturas en los tejidos blandos como tendones o ligamentos, contusiones, deben de asistir con un traumatólogo para que éste pueda realizar una evaluación minuciosa y arrojar un diagnóstico en base al cual se establecerá el tratamiento más indicado.
La especialidad traumatológica es sin duda compleja, y su labor requiere de amplios conocimientos en torno a la mencionada estructura musculo esquelética: las partes óseas que conforman a las extremidades, la pelvis, la columna, las terminaciones de los nervios en dichas zonas, los tendones y ligamentos, las articulaciones, así como en torno al funcionamiento de cada componente y del sistema en general. A causa de la complejidad de dicha estructura y a la gran diversidad de lesiones como golpes, accidentes o traumatismos que pueden acaecer a las personas, sobre todo a quienes están sometidos a condiciones de alto rigor físico, los padecimientos que un traumatólogo puede atender son igualmente variados y distintos entre sí.
Cierto es que las afecciones traumatológicas son diversas, más, pueden destacarse las más comunes: lesiones en los huesos como fragmentaciones o fracturas, lesiones articulares y tendinosas como los esguinces, daños en los tejidos blandos, contusiones en los músculos, y luxaciones. En realidad, cualquier lesión en los músculos y el esqueleto está relacionado directa o indirectamente con la traumatología, aunque los caos más frecuentes que se registran en los centros de atención y las clínicas pertinentes son las lesiones en las extremidades superiores, en las rodillas, en cadera, columna, pies y tobillos, en especial las fracturas muchas de las cuales derivan de actividades deportivas tanto profesionales como amateur, no es de extrañar por ello que dentro de la medicina deportiva sean abarcadas las atenciones de índole traumatológica.
Todas las lesiones traumáticas (de allí su nombre, refiriéndose a éstas) están sujetas a una evaluación con detalle en la que debe establecerse su mecanismo, su tiempo de desarrollo, las repercusiones en el funcionamiento, y la sintomatología. Dicha evaluación debe acompañarse de una observación imagenológica para que se otorgue la atención más adecuada al caso, asimismo, para tener una comprensión clara de los comportamientos mecánicos del esqueleto y de las interacciones que tiene con los músculos. Todo ello es de suma importancia si lo que se desea es un tratamiento apropiado.
Casi todas las lesiones de índole traumática que pueden padecerse en el reiterado sistema musculo esquelético necesitan de tratamientos, pues sólo mediante ellos es posible conseguir rehabilitaciones idóneas y recuperar la normalidad funcional de la zona lesionada. Los traumatismos generan limitación, restricción en la movilidad de alguna parte del cuerpo, disminución de la fuerza muscular y alteración en cuanto a la sensibilidad del área dañada se refiere. Ante todos estos síntomas, los especialistas tienen que establecer programas rehabilitadores definidos con claridad y orientados a restablecer en la medida de lo posible los movimientos, aptitudes y posturas normales de los pacientes, así como los niveles de sensibilidad.
La concepción más común de la medicina traumatológica es que está encargada de estudiar y atender sólo las lesiones traumáticas en el sistema musculo esquelético, sin embargo, pasa por alto que también está encaminada a prestar servicios de prevención y rehabilitación a los afectados.
Esta es quizá la parte más importante, pues consiste en un camino hacia la recuperación de la normalidad en la zona afectada, tal y como se encontraba antes de ocasionada la lesión. Si bien es verdad que las atenciones ortopédicas también inciden en el sistema musculo esquelético para tratar las condiciones de origen no traumático, como los congénitos y degenerativos, los traumatólogos suelen tratar tanto padecimientos traumáticos como los que no lo son. Es por ello que en sí integran ambos rubros, pese a como se mostró, sean distintos.
Esperamos que esta entrada haya sido amena, por ahora nos despedimos aguardando a que nos acompañen en la próxima publicación de este blog. Recuerden que en Abilita encontrarán los mejores servicios de traumatología en la Ciudad de México. ¡Gracias por su visita!