¿Qué zonas del cuerpo atiende un ortopedista y por qué su labor es imprescindible? - Abilita
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La columna además de las otras extremidades, son esenciales para que las personas puedan llevar a cabo sus actividades diarias, puesto que el movimiento así como el desplazamiento de un sitio a otro dependen en condiciones normales de estas partes del cuerpo. Hoy en día hay un gran número de malestares que afectan a una porción considerable de la población, inconvenientes que generan malformaciones o lesiones en la columna, las articulaciones, la pelvis, los huesos y músculos, los cuales impiden que las personas se muevan o desarrollen con normalidad.

Por suerte, desde hace ya varios años, la medicina brinda una alternativa, a saber, la ortopedia. Ésta consiste en un una especialidad que se enfoca en evaluar y tratar aquellas dificultades en el sistema musculoesquelético, por ejemplo, las lesiones y roturas en las extremidades, la columna vertebral y la pelvis.

Ahora bien, ¿cuál es el objetivo de la ortopedia? Cuando se da atención a los pacientes que presentan malestares y dolencias en brazos, piernas, o columna, el objetivo es conseguir un diagnóstico preciso, de modo que pueda proporcionarse el tratamiento más adecuado para que el afectado se recupere e integre con prontitud a sus actividades cotidianas. La enorme variedad de afecciones de naturaleza ortopédica que se conocen actualmente hace dificultosa la agrupación y clasificación de éstas, sin embargo, pueden comprenderse en función de la zona del cuerpo en la que se presentan. A continuación hablemos de las diversas zonas anatómicas que son objeto de tratamiento para un ortopedista:

  1. La columna vertebral. Se trata de una de las estructuras óseas de mayor relevancia para el cuerpo humano. Se compone de discos invertebrales, vértebras, elementos relacionados con el sistema nervioso como las raíces y la médula espinal, tejidos blandos como tendones, músculos y ligamentos. Su principal función es dotar al cuerpo de un respaldo para que se mantenga erguido, asimismo, otorgar movilidad y proteger los componentes nerviosos. La columna está sometida con constancias a demandas de trabajo pesado, sobre todo en quienes practican actividades físicas, por ello es que son frecuentes las dificultades en ella. Los padecimientos en esta área más comunes son las radiculopatías, lumbalgias, canal cervical estrecho y lumbar, deformidad, fracturas y hernias.
  2. Cadera. Consiste en una articulación compuesta por el acetábulo y la parte proximal del fémur. Se trata de una de las articulaciones de la extremidad inferior de mayor relevancia pues permite soportar el peso que ejerce la extremidad superior del cuerpo, además su presencia es fundamental para la realización de actividades como caminar, descender o ascender escaleras, correr, sentarse, erguirse, etcétera. De igual forma que la columna, la cadera es una de las partes con mayores demandas físicas, por lo que son frecuentes las lesiones por desgaste en esta articulación. Con respecto a esta zona, la ortopedia tiene un campo de estudio bastante amplio, debido a que es una de las que presenta más padecimientos pediátricos o por senilidad.
  3. La rodilla. Se trata de una articulación de la extremidad inferior conformada por la parte alta de la rótula y la tibia, y la parte baja del fémur. Esta articulación, además de los componentes señalados, cuenta con muchos elementos estabilizadores, por ejemplo, ligamentos cruzados, ligamentos colaterales, músculos, tendones y meniscos. Entre sus funciones destaca la posibilidad de realizar movimientos de extensión y flexión en las piernas para llevar a cabo actividades deportivas o cotidianas, además permite conservar un balance correcto. La rodilla es igual sometida a labores que pueden provocar desgaste, por lo que las lesiones en ella son comunes. Entre las afecciones más comunes, destacan la osteoartritis, malas alineaciones rotulianas, esguinces, fracturas, desgarres en los ligamentos y lesiones en meniscos.
  4. Tobillos y pies. Los tobillos son articulaciones compuestas por el astrágalo y la tibia en su parte inferior. Nuestra cualidad de bípedos es posible gracias a estos, además otros 27 huesos ubicados en el pie. Esta zona posee una gran cantidad de tendones y ligamentos que posibilitan un buen soporte del cuerpo así como movilidad, asimismo, es afectada con constancia por fracturas y esguinces.
  5. Hombros. Estas articulaciones son las más cercanas al tórax, y las más dinámicas de nuestro cuerpo. Se conforman por la cavidad glenoidea, la parte superior del húmero, y los enlaces escapulotorácico y acromioclavicular. Su principal función es posibilitar que las manos estén aptas para realizar cualquier actividad. Las lesiones más frecuentes en esta zona, son los de origen degenerativo y traumático.
  6. Codos. Consisten en articulaciones que fungen como bisagras para posibilitar la extensión, flexión y giro de los antebrazos. Se compone por la parte inferior del húmero, la superior del cúbito, así como la cabeza del radio, en conjunción con otras estructuras tendinosas y ligamentarias. Las afecciones más comunes en esta área son a causa de sobreusos, traumatismos, y síndromes como los de atrapamientos nerviosos.
  7. Muñecas y manos. En conjunto, consisten en partes con mayor especialidad debido a que se encargan de realizar los movimientos más específicos y finos del cuerpo humano. No es de extrañar por ello que los teóricos afirmen que es gracias a la mano que hemos conseguido un alto desarrollo tecnológico y evolutivo en general. Debido al constante uso que hacemos de las manos y muñecas, son frecuentes los traumatismos. Pese a tratarse de una zona de dimensiones menores a las de otras articulaciones, constan de complejas estructuras nerviosas, de ligamentos y tendones.

Esperamos que esta entrada haya sido útil e informativa. Recuerden que si requieren los servicios de un ortopedista profesional y con amplia experiencia, los encontrarán en la clínica Abilita. ¡Gracias por su visita!

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