Terapia de rehabilitación física puede ser un auxiliar a niños con trastornos psicomotrices

La rehabilitación física ha demostrado ser efectiva para ayudar a los niños con problemas de desarrollo del psicomotrices, ya que hay una relación directa, aunque poco conocida, entre los problemas de motricidad. En Abilita somos especialistas no solo en medicina deportiva, sino en diversas áreas de traumatología y rehabilitación física, por lo que estamos preparados para atender diversas condiciones musculoesqueléticas.

La adquisición de problemas de psicomotrices en menores es un proceso más complejo de lo que parece y puede venir dado por diferentes causas. Sin embargo, lo que muy probablemente no les dirán la mayoría de los resultados que arrojan los motores de búsqueda es que hay una relación importante entre las habilidades motrices, sobre todo en lo concerniente a la pinza fina.

Por supuesto que, para poder llegar a dicha conclusión, es indispensable que el panorama de desarrollo de su hijo, en todos los ámbitos, sea evaluado por un equipo multidisciplinario, liderado por neurología pediátrica y psicología.

Antes de entrar en materia y analizar los padecimientos psicomotrices desde el punto de vista de la traumatología, vale la pena aclarar lo anteriormente expuesto para aliviar sus posibles inquietudes. Cuando se habla de autismo, lo primero que viene a la mente es esa clase de pacientes que se balancean y parecen abstraídos en su propio mundo, incapaces de relacionarse y llevar una vida normal.

El rol de la rehabilitación física

Así que nos encontramos frente a un panorama en el que los rasgos principales o más destacados han sido descartados, como la obsesión con un objeto en particular, el aleteo, balanceo, caminar de puntas, pobres habilidades comunicativas y precaria conexión o contacto visual con personas de su entorno. Entonces, ¿qué otros aspectos es necesario evaluar y cómo puede ayudar la rehabilitación física al desarrollo del habla?

Desde luego, la parte neurológica y de estudio de las estructuras cerebrales es imprescindible para contar con un diagnóstico, no obstante, como padres, representantes o maestros, también tienen que prestar atención a la evolución de la motricidad en sus niños. Son aspectos del desarrollo que parecen diferentes, pero muy cercanos a la vez.

No deben pasar por alto el hecho de que el movimiento o acción, junto con el lenguaje, constituyen el principal campo de aprendizaje infantil, tanto así que se van turnando en la carrera por superar con éxito los primeros años de vida.

Nuestros expertos en medicina deportiva y traumatología explican que las experiencias motoras condicionan en gran medida el desarrollo de lenguaje y la madurez intelectual. Primero se adquiere el movimiento y la acción, creando de este modo las bases para conquistar el plano del habla. El camino por recorrer se da de manera paralela, así que, a medida que su hijo se vuelve más ágil y confiado en el manejo de su cuerpo, va generando las condiciones oportunas para que aparezca el lenguaje y este se perfeccione.

¿Su hijo gateó?

Una de las preguntas que muy posiblemente su pediatra o neurólogo les formulará será si su hijo gateó y a qué edad lo hizo. Puede que a ustedes les parezca un asunto sin mayor relevancia, pero el gateo desempeña un rol esencial para el fortalecimiento del sistema musculoesquelético y, por ende, de las habilidades cognitivas y socio-comunicativas, incluyendo el lenguaje. Entre las razones por las que es vital el gateo cabe resaltar:

• Su hijo desarrolla a través del gateo lo que se conoce como patrón cruzado, que es la función neurológica que permite el desplazamiento corporal y el equilibrio del cuerpo humano. Esos movimientos iniciales, que representan la primera etapa de acción, comprenden el eje de las caderas y los hombros, por lo que favorece la tonicidad de los músculos y el fortalecimiento de la columna.
• Conecta los hemisferios cerebrales y genera rutas de información esenciales para la maduración intelectual y la aparición de las diferentes funciones cognitivas. También ayuda a crear las condiciones imprescindibles para que, a futuro, su hijo pueda hablar. Esto se debe a que, mediante el gateo, se va gestando la coordinación ojo-mano, con una distancia similar a la que hay al leer.

Relación entre la motricidad fina y el desarrollo psicomotriz

La motricidad fina es definida por nuestros expertos en medicina deportiva, traumatología y por profesionales médicos de otras áreas concernientes a la psicomotricidad como la armonía y precisión de los movimientos finos de los músculos de las manos y, de hecho, el ser humano no sería lo que es si no hubiese una interacción entre el cuerpo y el cerebro, por lo que estas pequeñas acciones, que para los adultos resultan normales y cotidianas, tienen un papel vital en el comportamiento, las habilidades sociales y el lenguaje.

Tengan en cuenta que la motricidad fina implica todos los elementos físicos y orgánicos que intervienen en la interacción con otras personas y, lógicamente, en la adquisición del lenguaje. Este tipo de motricidad permite hacer movimientos muy precisos, eficaces, con armonía y con un sentido útil, lo cual diferencia al ser humano de los animales de manera notable.

Por esta razón, no resulta extraño que los niños con dificultades para agarrar el lápiz o ejercer movimientos que ameritan precisión, tengan problemas del habla. A nivel de psicología infantil y neuropediatría, se ha confirmado una relación directa entre el precario desarrollo de la motricidad fina y los problemas del lenguaje, es por ello por lo que muchos pediatras consideran oportuna una intervención física para estimular a los niños.

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